Los puestos de flores, los de aves y al final los pintores/retratistas eran los comerciantes habituales, y llegando hacia el metro de Plaza Catalunya, la fuente de Canaletas y las sillas para sentarse a contemplar a los paseantes constituían un placer de fin de semana. (eran las Ramblas de las flores / la Rambla de los pájaros / La Rambla de Canaletas / ...)
No hace tantos años de estas imágenes
Con el boom turístico que reemplazó al inmobiliario, las Ramblas se transformaron en una aglomeración que transita entre paradas de souvenirs y helados, comercios, a uno y otro lado, de souvenirs horribles y de mal gusto como imagen de la ciudad, todo un mercado atendido por paquistaníes, tendrán un mismo dueño?, que se dedican a la venta de objetos de importación.
Cada 50 metros, un paquistaní invita a los turistas a "discotecas", serán del mismo dueño?, y por si fuera poco, el servicio de limpieza pasa a limpiar con mangueras aún cuando la aglomeración es considerable.
En resumen, no existe política urbana, ni acondicionamiento turístico cultural, para ofrecer una imagen digna de la ciudad. El acontecimiento del paseo se ha transformado en huir de la zona, no transitarla, para evitar un trastorno y una defraudación de lo que fue el paseo barcelonés por excelencia.
No sé qué pensará el nuevo Ayuntamiento sobre el tema, #BarcelonaenComú ( #PSC #ERC ), ni cuál será la solución propuesta. No menos indignante es lo que sucede en el Park Güell y en la Sagrada Familia, los efectos lucrativos de los touroperadores, serán los mismos que los del boom inmobiliario?, que estafan a un turismo de masas que cuando decaiga por la desproporción de los precios para visitar un monumento o para llevarse un recuerdo, y cambie de destino por mejor atención y calidad, dejará la ciudad llena de basura comercial.
MCLP, junio de 2015