martes, 31 de diciembre de 2013

BARCELONA: DE LA BURBUJA INMOBILIARIA A LA BURBUJA TURÍSTICA

BARCELONA Y EL TURISMO DE LUJO
El cambio de siglo, en Barcelona, está marcado por un programa municipal de incentivación del turismo y la gentrificación de los barrios barceloneses. La ciudad humanista y cultural se transforma en urbe turística inasequible para sus habitantes, cada vez más cercenados hacia los barrios periféricos. Se puede comprobar, sin duda alguna, que este programa está modificando zonas que se convierten en nodos de turismo de lujo.
1-      El nudo de Las Glorias será uno de estas zonas con un nuevo hotel Hyatt, que ocupará el edificio de la compañía de aguas, dentro de un entorno que deja de tener escala humana para convertirse en monumental. Véase edificio para el museo DHUB, el nuevo mercado de los Encantes transformado en pequeñas tiendas en detrimento del mercadillo de viejo.
2-      El Eixample derecho se abastece de tiendas y hoteles de lujo, que dejan atrás antiguas sedes bancarias o empresariales (Banco Central, Enher, Basf, por mencionar algunos de los edificios, ahora son hoteles de lujo)
3-      Otro punto de inflexión son los mercados municipales del Eixample izquierdo y Sants que se transforman en edificios de uso comercial de gran superficie, y oferta gastronómica.  
Los hostels están invadiendo la ciudad, están ocupando áreas residenciales y de antiguas corporaciones como la sede del Colegio de Arquitectos de la Gran Vía.
4-      El colofón lo pondrá el puerto viejo que se transformará en una marina para yates de mediana y gran eslora. (ver http://www.naucher.com/es/actualidad/marina-port-vell-continua-con-su-crecimiento-y-culmina-la-plataforma-de-recepcion/_n:1522/ )
Mientras tanto los barceloneses vemos cómo se privatizan mediante el pago de entrada: el parque Güell, el centro de la Ciudad donde resulta imposible acceder a una consumición, el antiguo Mercado del Born, que debía ser la Biblioteca Pública Provincial del Estado (ver http://elpais.com/diario/1999/07/09/catalunya/931482439_850215.html)
Esta burbuja turística es la gran apuesta del Alcalde de Barcelona, del grupo político y empresarial que lo sustenta. No se ha concebido ningún plan de desarrollo urbano alternativo que cree fuentes de trabajo y mejore la calidad y eficiencia energética de la ciudad. Las únicas ayudas existentes para la rehabilitación energética, son limitadas, onerosas para el ciudadano que debe hacer frente a gastos imposibles de asumir, esperando recibir las subvenciones con 3 años de demora y solo cubrirán un porcentaje ínfimo del total gastado.
Futuro Hotel Haytt en la Torre Agbar
(ver http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/16/catalunya/1384632081_675884.html )


PROPUESTA DE TRANSFORMACIÓN ENERGÉTICA DE LA CIUDAD DE BARCELONA

En este estado de la cuestión, donde profesionales, industriales, instaladores, obreros de la construcción y servicios indirectos nos hemos visto sin actividad, y sin futuro para todos aquellos jóvenes que salen de la formación profesional o la universidad, el Ayuntamiento debería crear un organismo, empresa, corporación municipal o mixta que asuma el estudio de programación para mejorar los criterios energéticos casi inexistentes en los barrios barceloneses: instalación de paneles solares para la producción de agua caliente sanitaria y calefacción, aislamiento de los muros de fachadas y cubiertas, cambio de cerramientos exteriores con rotura de puente térmico, refuerzo de estructuras en edificios residenciales, eliminación de las placas y tuberías contaminantes de fibrocemento que contengan amianto; en fin, una lista inacabable de posibilidades de actividad productiva y con vistas a un siglo que se pretende ecoeficiente y sostenible.
Este programa es una obligación municipal para devolver a sus habitantes parte de lo que contribuyen con sus impuestos y cargas fiscales que soportan.
Resulta increíble en esta ciudad que no se aproveche el sol, único beneficio público que no han podido privatizar, para bajar el consumo energético del que tanto hablan nuestros políticos (nuestros por padecerlos) y que prefieren hacerlo mediante el incremento tarifario de los servicios. Estamos en un país europeo energéticamente hablando privilegiado, pero aún cuesta ver un panel solar en un edificio del Eixample, Gracia o cualquier otro barrio residencial. Acometer este proyecto significará activar la economía de Barcelona más allá de ser una ciudad de servicios turísticos.



Barcelona, 31 de diciembre de 2013

MCLP, arquitecta